El primero que temía a Goliat era el Rey de Israel, Saúl. Saúl fue el primer Rey de Israel. Dios dirigía a Israel a través de sus líderes-siervos. Pero el pueblo de Israel empezó a mirar al mundo. Vieron con sus ojos naturales y anhelaron tener un Rey como las demás Naciones del mundo.
Este pueblo que era especial, apartado para Dios, de pronto empezó a anhelar lo del mundo. ¿No se le parece a usted esto a la situación de la iglesia actual? ¡La iglesia imitando al mundo!
y le dijeron(los ancianos de Israel): He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones.6 Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a Jehová. 7 Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos. 1 Samuel 8:5-7
El Reino de Dios es un Reino invisible pero muy real. En su Palabra, Dios nos llama a vivir por fe y no por vista. En esta historia, el pueblo decidió andar por vista y no por fe, imitando al mundo y dejando de ser diferentes.
ü De ser la luz del mundo pasaron a ser seguidores del mundo.
ü De imitadores de Cristo pasaron a ser imitadores del mundo.
Y como el mundo vive de las apariencias, Dios le dio un Rey de apariencias. 1 Samuel 9:2 dice, “Y tenía él un hijo que se llamaba Saúl, joven y hermoso. Entre los hijos de Israel no había otro más hermoso que él; de hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo.”
Precioso por fuera y podrido por dentro. Un sepulcro blanqueado.
Cuando vemos las vidas vacías, huecas y sin sentido de muchos famosos, comprobamos que viven para las apariencias. Aparentan tenerlo todo, pero no tienen nada.
Los poderosos, los ricos, los famosos son como la yerba del campo, que hoy es y mañana no será. Todo es temporal.
Mas la iglesia de Cristo no está llamada a seguir lo temporal sino lo que es eterno. Lo eterno no se ve con los ojos naturales sino con los del espíritu.
No puede la iglesia andar según la vista natural. Cuando usted enfrente la prueba, tiene que usar la fe para vencer. ¡Tenemos que andar en fe!
El Rey Saúl le fallo eventualmente a Dios, porque sus ojos estaban en el mundo, ya que él era un Rey mundano. Lo mismo es cierto para nosotros; le fallaremos a Dios si nuestros ojos están en el mundo.
A la hora de la gran batalla decisiva contra los filisteos, el Rey Saúl era el idóneo para pelear con Goliat. Él era el más grande en estatura. Pero no en consagración para Dios. No tenía un corazón agradable al Señor.
Solo uno hablo con fe en la hora de la prueba. Solo uno dijo se puede con Cristo, mientras los demás estaban atemorizados. Ese fue David.
Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo. 1 Samuel 17:37
ü David no era el más grande por fuera pero por dentro era un gigante de Dios. ¡No es con tus fuerzas sino con las del Señor!
Y Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su cabeza un casco de bronce, y le armó de coraza. 39 Y ciñó David su espada sobre sus vestidos, y probó a andar, porque nunca había hecho la prueba. Y dijo David a Saúl: Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué. Y David echó de sí aquellas cosas. 40 Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo. 1 Samuel 17:38-40
Algunos han querido andar por fe y servir a Dios, pero los Saules religiosos le han impuesto cargas que no tiene que llevar. David no necesitaba una armadura vieja y pesada para pelear sus batallas. David necesitaba la libertad del Espíritu.
No dejes que nadie te imponga sobre tus hombros la armadura pesada de la religión y el legalismo. Dios te quiere fluyendo en libertad con Su Espíritu Santo, para vencer.
Si el Espíritu Santo te ha dado una honda para luchar, no la cambies por la armadura que otro usa. Escucha de Dios y obedece a Dios.
Lo que funciono a otro no necesariamente te funcionara a ti. Busca dirección personalizada del Espíritu Santo para ti.
No anheles la unción de otro, pide la tuya propia. Dios tiene algo bello para tu vida, descúbrelo.
El Rey David fue el segundo Rey de Israel. El primero, Saúl fue escogido de acuerdo al deseo del pueblo, el segundo de acuerdo al deseo de Dios.
El primero complacía al pueblo, el segundo a Dios.
El primero era religioso, el segundo lo guiaba el Espíritu.
El primero buscaba a Dios solo en la necesidad, el segundo era un adorador.
El primero andaba por vista, el segundo miraba con los ojos del Espíritu.
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